martes, 24 de marzo de 2020

DIARIO DE UN CONFINADO (11)

Día 11. 24/03/20. Martes.

Lleva uno media vida escribiendo, publicando artículos, coplillas, fotografías, documentos, libros... Hoy he dedicado un rato a revolver en el cajón -en estos tiempos un disco duro externo- donde guardo las cosas publicadas, otras casi terminadas y en las que estoy trabajando. Desde que empecé en Encinasola a mediados de los años noventa recopilando fotografías antiguas, ¡cuantas horas de trabajo llevo dedicadas a esto!.
Hoy, me concedo una tregua. Aprovecharé material elaborado años atrás. Se trata de unas estampas preparadas para la página de un blog que mantengo desde 2014: “desdelabuharda.blogspot.com”. Se trata de un serial que llamé “tablón de coplillas". En cada ilustración mostraba una fotografía ligada a una coplilla que, sin necesidad de comentario, hablaban. 
Éstas son tres de ellas. La primera, con la que abría el serial; la segunda, dedicada a la Banda de las Cañas y los Pitos, de Encinasola (seguro que muchos marochos cantarán la copla a la vez que la leen); y, la tercera, una coplilla popular de Valverde dedicada a los gurumelos.
En la que sigue, pueden ver a Vaello, Saturio, Adrián, Demetrio... Todo un elenco. Les propongo un reto: descubran al resto delas personas que aparecen.
Este año, entre unas cosas y otras, mal año de gurumelos.
Las cifras siguen con la misma tendencia: 39.673 diagnosticados; 2.696 personas muertas; 3.794 pacientes dados de alta. Por favor, 

#QuédateEnCasa. 

DIARIO DE UN CONFINADO (10)

Día 10. 23/03/20. Lunes.
Hoy he seguido la rutina impuesta para un día de diario de esta nueva situación. Es difícil diferenciarla del fin de semana, pero hay que procurar hacerlo. No me ha costado mucho porque, a las diez de la mañana, tenía cita con mis alumnos. Esto de internet, de las nuevas formas de comunicación, es algo grande. La gente ya, no sabrá vivir sin internet.
Esta mañana, mientras desayunaba, miré el smartphone. Al margen de avisos y mensajes de otras redes, tenía quince whatsapp: cuatro familiares, tres laborales y ocho de amigos, conocidos o grupos en los que todos estamos metidos. De los ocho, seis eran basura -mierda de la que se vierte continuamente por las redes sociales-, y dos con información relevante. Antes, por simple educación y respeto, abría todo lo que me llegaba; ahora selecciono y, aunque a algunos les concedo el beneficio de la duda, por lo general, acabo con la sensación de que me han hecho perder el tiempo y, además, portaban la intención de desestabilizar mi percepción de la situación.
Esta maldita pandemia, como todo, se puede ver desde el cielo o a ras de suelo. Quienes la ven desde arriba, que tienen datos fidedignos y expertos asesores, deben tener una visión global razonable. Los que estamos abajo, a veces no nos enteramos ni de cómo está el vecino.
Creo que ésto del coronavirus tiene tres grandes componentes: la sanitaria, la social y la económica. Y cada una de ellas afecta de manera diferente a cada persona porque somos y sentimos de forma diferente, vemos las cosas con gafas distintas y atravesamos por situaciones desiguales. Creo conocer mi estado de salud -salvo que el bichito haya llegado y esté callado sin decir nada-, creo saber las repercusiones sociales que me ocasioná, aunque no termino de hacerme a la idea de cómo estará esto dentro de otras tres semanas, y conozco mi situación económica personal. Pero solo conozco mi coyuntura y poco más.
De la situación sanitaria del país, los técnicos y especialista sabrán; de las repercusiones sociales globales, los psicólogos y expertos dirán; de la economía nacional –aunque no sé de dónde van a sacar doscientos mil millones de euros-, los economistas, de España y Europa, verán. Yo me siento incapaz de hacer valoraciones globales solo por lo que me cuentan de forma interesada los de uno y otro lado.
Los whatsapp que circulan –con visiones opuestas según la línea política de quien los envía-, solo me interesan para tener una idea de cómo está el patio. Los políticos y  correveidiles que elaboran esos vídeos de estudio con la intención de dividir, aprovechando el dolor ajeno, espero acaben en el lugar que merecen. Todos.
Esta es la razón por la que yo me limito a hablar de lo que vivo: de las emociones, los sentimientos, las alegrías y las penalidades de cada día, las que pueden acontecer a cualquier persona de carne y hueso, como yo.
Es tiempo de estar unidos, de saber separar el grano de la paja, de obedecer, de tener fe, de ser fuertes mentalmente, de quedarnos en casa, de cuidarnos cada uno como fórmula de cuidar a los demás.
Hoy circula por las redes un halago al ejército español: “Recordáis cuando China levantó un hospital con 1.000 camas en 10 días? Todo el mundo se quedó pasmado y les felicitó. Pues bien, en Madrid el ejército español está montado en IFEMA un hospital de 5.500 camas en el mismo tiempo.
Este es el ejemplo: unidos, los españoles, somos grandes. Desconfía de los vendedores de tragedia. Esto no es un juego, si no, fíjate en las cifras de hoy: 33.089 diagnosticados; 2.182 personas muertas; 3.355 pacientes dados de alta.
Lo siento, hoy tocaba la de arena.

DIARIO DE UN CONFINADO (9)

Día 9. 22/03/20. Domingo.
En algún momento he tenido la sensación de atafagar –verbo casi en desuso, pero habitual en Encinasola- con alguna entrega de este diario. Y no es mi intención.
Hoy ofrezco tres pinceladas relajantes. Cada cuál tome la que quiera, dos o todas. Son una coplilla, una fotografía y un tema musical.
La coplilla, una soleá de tres versos ¿Se puede decir más con menos? Qué capacidad de síntesis:
Dejo la puerta entorná
por si alguna vez tuvieras
la tentación de empujá.
La fotografía, una que publiqué el año 2000 en el libro “Encinasola: retrato de una época (1860-1950). 175 imágenes para el recuerdo”.
1923. Ntra. Sra. la Virgen de Flores, Patrona de Encinasola, a su entrada por la Hoya de la Fuente.
La Virgen de Flores sólo visitaba el pueblo cada cinco años, hasta que desde 1971 empezó a venir anualmente. Era un gran acontecimiento. El autor de esta entrañable imagen es D. Urbano Autón López, veterinario de Encinasola y gran aficionado a la fotografía. A él debemos magníficos retratos de los años 20 y 30 del siglo pasado.
La pieza musical, el Pasodoble de Valverde del Camino, música del Maestro Rojas y letra de Obdulio Hidalgo y José María Villadeamigo. En esta ocasión no lo interpreta la Banda de Música, sino el grupo que acompañaba habitualmente a Chili en sus actuaciones. La entrañable voz de Chili y su gran legado musical, es seña de identidad para la gente de Valverde. Por desgracia nos dejó hace solo tres meses. Desde aquí mi reconocimiento y homenaje.

Hoy las cifras también siguen al alza: 28.603 diagnosticados; 1756 personas muertas; 2.575 pacientes dados de alta. ¿Hasta dónde llegaremos, si nos están avisando que lo peor está por venir?

DIARIO DE UN CONFINADO (8)

Día 8. 21/03/20. Sábado.
 
Ha pasado una semana, y cómo hemos cambiado!. Si hace diez días nos hubieran dicho cómo estaría hoy la situación, habríamos pensando que se trataba de una ficción.
En pocos días, los médicos se han convertido en nuestros héroes y los integrantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, en guardianes de nuestra seguridad. Todos los cuerpos que la componen. Y permíteme que subraye el “todos” y recuerde el gesto de la Ertzaintza con la Guardia Civil ayer en Vitoria, aunque soy consciente de que encierra la tristeza de la consideración de excepcional que tiene. Distinto es lo del concejal de la CUP que invita a los catalanes a toser a los militares para que se marchen de Cataluña, a este le deseo que ni a él ni a su familia llegue el COVID-19, bastante tiene ya con la infección de odio que lleva dentro.
Nosotros, la plebe, seguimos confinados en casa. Aún no se ha tirado nadie por el  balcón. De día en día, nos hemos acostumbrado a las fatídicas cifras de infectados y muertos y las soportamos sabiendo que las de mañana serán aún peor. Las fotografías con las hileras de ataúdes de Italia, nos van indicando el camino –triste, muy triste, pero lo aceptamos resignados-. Los mayores esperando ¿¿¡qué!??. Los niños, lo van llevando. Es muy diferente según la edad. Mi nieta, por videoconferencia me dijo ayer: “abuelo, te voy a decir porque no puedo ir a verte: es que hay unos bichitos muy pequeños por las calles que si salimos nos pican, y la policía está buscándolos para castigarlos, así que hasta que no los encuentren a todos…”-; en fin, cada uno como puede, vamos trajinando la cosa.
Y en medio de la batalla, siempre aparece una luz que ayuda a orientarnos. Hace un par de días me llegó un breve texto de Kitty O´Meara. Léelo:
“Y la gente se quedó en casa. Y leyó libros, y escuchó, y descansó, e hizo ejercicio, y arte, y jugó, y aprendió nuevas formas de ser, y se estuvo quieta. Y escuchó más profundamente. Algunos meditaban, algunos rezaban, algunos bailaban. Algunos se encontraron con sus sombras. Y comenzaron a pensar de manera diferente.
Y sanaron. Y, en ausencia de personas que vivían en la ignorancia, peligrosas, sin sentido y sin corazón, la tierra comenzó a sanar.
Y cuando pasó el peligro y la gente se unió de nuevo, lloraron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron con nuevas imágenes y crearon nuevas formas de vivir y de sanar la tierra por completo, ya que habían sido curadas”.
Las cifras siguen con la misma tendencia: 24.926 diagnosticados; 1.378 personas muertas; 2.125 pacientes dados de alta.
Ánimo. Mañana procuraré una lectura más plácida.

DIARIO DE UN CONFINADO (7)

Día 7. 20/03/20. Viernes.
No salía de casa desde el sábado pasado. Hoy había que reponer pan, fruta, pescado… ya sabes. Todos los sábados suelo salir a hacer la compra pero, ahora, no es igual, hay que elaborar una estrategia y un protocolo: dónde voy que haya menos gente y lo encuentre todo; qué hora es la más adecuada; ¿mascarilla, guantes de látex, gel antiséptico…?; qué ropa me pongo -estoy avisado que en cuanto llegue todo va a la lavadora y yo a la ducha-; piensa uno en cómo comportarse –distancia de seguridad, no tocar alimentos que no vayas a llevarte, procurar utilizar la tarjeta en vez de dinero; ser breve…-. No sé si somos demasiado tontos o muy listos.
Yo sigo apostando por la Plaza de Abastos y las tiendas de barrio pero, finalmente, acabé en Mercadona, como casi todo el mundo.
Poca gente por todas partes y las tiendas y puestos con abastecimiento razonable. Conseguí un kilo de gurumelos y este mediodía empezaremos a dar cuenta de ellos.
En la Plaza me encontré con la madre de un alumno y –aunque lo habitual es que estos encuentros se conviertan en una tutoría de aquí te pillo y aquí te mato- hoy, simplemente nos saludamos desde la distancia.
¡Qué locura! Cuando salí a comprar, me despedí de Esperanza como si fuera a hacer una gran gesta, a exponerme a un gran peligro, como si marchara a la guerra. Me sentí como el soldado que se despide para librar la batalla. Fue entonces que recordé una canción que cantaban los soldados españoles cuando, tras su pérdida, regresaron de Cuba -más se perdió en Cuba, y venían cantando, que se dice desde entonces-. Hoy la comparto aquí. No es la versión que más me gusta, pero entiendo que para la ocasión es la más adecuada.
 

Y el jarro de agua helada: 20.320 diagnosticados; 1.029 personas muertas; 1.588 pacientes dados de alta. Si podéis, no salgáis.

DIARIO DE UN CONFINADO (6)

Día 6. 19/03/20. Jueves.
Hoy es San José, día del padre. Felicidades a todos los José, María José y papás.
Supongo que como todos los hijos que perdieron al suyo, hoy, he recordado a mi padre. Con el reposo que da el paso del tiempo, cada día tengo por él mayor admiración, respeto y cariño. Murió hace unos años y, aunque no me gusta hablar en las redes sociales de temas personales, hace siete años, le dediqué una publicación en LA COPLILLA SEMANAL, un serial que escribía y mantuve durante varios años en mi web. Era este.

"EN RECUERDO DE MI PADRE. 

La gente mayor atesora una sabiduría basada en la experiencia que, con frecuencia, generaciones más jóvenes desprecian o ignoran. Si se les escucha con atención, además de hacerles felices, en cualquier momento puede surgir una enseñanza o una sentencia.

   Mi padre era mucho de refranes y dichos. A cada momento salía con algo que, en muchas ocasiones y haciendo gala de su sabiduría y alegre temperamento, además de una enseñanza, portaba una sonrisa. La Navidad pasada, en la inigualable y sosegada intimidad que proporciona compartir un botellín de cerveza en la barra de bar de pueblo, le pregunté “¿Cómo estás ahora, papá?,” y él me respondió:

 “NO ESTÁ UNO YA, NI PA LAS COPLAS DE UN CASAMIENTO”.

   Y después me aclaró: “en los casamientos de antes se cantaba muy poco, porque había que estar a lo que se comía, no al cante”.  

   Pues como ésta, muchas. Todos los refranes que pongo a continuación salieron de su boca, siempre en el momento adecuado.

 A LA LEÑA TUERTA, SE LE BUSCA LA VUELTA.

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LAS ABREVIATURAS Y LOS CUERNOS,

NA MÁS QUE LOS ENTIENDE QUIEN LAS PONE.

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 SI SUPIERAS MARÍA ANTONIA LOS CAMINOS COMO ESTÁN,

NO ME MANDARÍAS POR LEÑA, TENIÉNDOLA EN EL CORRAL.

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ESTÁS COMO LOS PERROS DE TÍO QUINQUILLO,

QUE CUANDO LES SALÍA LA LIEBRE LES ENTRABA GANAS DE MEAR.

   No penséis que ésto sólo era cosa de mi padre; si les damos la oportunidad, todas las personas mayores tienen un cofre dónde guardan joyas de esas que no se pueden robar, sólo guardar y transmitir desde el cariño y la ternura.

   Si aún tienes la oportunidad de escuchar a tu padre, hazlo; aprenderás y algún día -que deseo muy lejano- comprenderás, que es una de las satisfacciones mayores que tendrás en tu vida." 

Esta canción, PADRE, de Patxi Andión -tristemente muerto en accidente hace poco y  quien en mi juventud tantos gratos momentos musicales me proporcionara-, me encanta. Hoy quiero compartirla contigo. Como digo siempre, para oír música, cualquier momento es bueno; para escucharla, hay que estar en buena disposición. Por favor, relájate.

Y la cruda realidad: 17.147 diagnosticados; 767 personas muertas; 1107 pacientes dados de alta. Estremecedor.

DIARIO DE UN CONFINADO (5)

Día 5. 18/03/20. Miércoles.
 
Ayer, en este diario, tuve un comentario de Fermín Adame, amigo y paisano, en el que me hablaba de sus condiciones de confinamiento: un magnífico huerto –espacioso y bien atendido- y los nietos en casa. Eres un afortunado, Fermín. En general, los que vivimos en zonas rurales, durante esta malvada situación que nos asola, somos afortunados. Tenemos casas con largos pasillos, patios, macetas que cuidar, el pequeño huerto… Podemos movernos, hacer los pasos de esa dichosa aplicación -que para controlar incluso la hora que vamos a mear nos han colocado, y nosotros, como ovejas, consentimos, que bien podían ponerle algo así a cada virus y controlar por donde andan-, oír los pájaros, sentir el viento en la cara… Los de la ciudad –entre cuatro paredes, con espacios de 90 m y dos ventanas a la calle o al patio-, deben estar pasándolo mal. Todos lo sufrimos, pero ellos, más: los niños, que ya estarán subiéndose por las paredes; los jóvenes, encerrados en su cuarto, en época de amoríos, separados de sus parejas -lo sobrellevan, todavía, gracias a internet-; los menos mayores, resignados, haciendo de mediadores y facilitadores de todos los demás; y los mayores, que perciben que el virus, cuando los visita a ellos, lleva la guadaña.
A estas alturas deberíamos haber establecido una serie de rutinas que nos ayuden a saber qué tenemos que hacer en cada momento. Mantener horarios, asearse, buena higiene, adecuada alimentación, vestirnos bien -arreglá pero informal, que diría Martirio- nos ayudará. Creo que fue ayer que me llegó un twitter que decía “¡Qué ilusión! Estoy dudando en qué ponerme para ir a tirar la basura!”.
Ayer llovió un poquito –apenas nada para lo que se necesita-, y el huerto que tengo en casa, muchísimo más pequeño que el de Fermín, lo agradeció. Las matas de patatas, habas, ajos y cebollas se han venido arriba: más vale un riego del cielo, que mil del suelo, que dice el refrán.
En cambio los frutales, con el viento, han perdido muchas flores. El ciruelo y especialmente los naranjos, que reventaban de azahar, tienen el suelo cubierto por un hermoso manto blanco. Aún faltan unos días para La Encarnación, 25 de marzo -nunca olvido esa fecha-, pero este tiempo está tan despistado que algunos frutales se han adelantado y, ya saben: arbolito, arbolito cargado de flor, líbrate de los vientos de La Encarnación.
El refranero es sabio. Estas muestras, son de evidente aplicación para la ocasión:
La alegría es gran medicina, pero no se vende en la botica.
¿De qué te sirven tus bienes, si salud no tienes?
Todo se pega, menos la salud y la belleza.
La buena lectura, distrae, enseña y cura.
No quiero cansar, que hay muchos, pero, antes de los datos, termino con otro refrán:   El mal corre al entrar y, para salir, se suele parar.
Y así es, éstas son las cifras de hoy: 13.910 diagnosticados; 616 personas muertas; 1081 pacientes dados de alta. Espeluznantes. Se hiela el corazón.

DIARIO DE UN CONFINADO (4)

Día 4. 17/03/20. Martes.

Empecé este diario como un escape para mí y -haciéndolo público en mi web-, para compartirlo con quien quiera. Contigo.


Desde hoy los datos sobre el COVID-19 -porque están ahí, no los podemos ignorar- los pondré al final. Quien quiera llegar hasta ellos, sabe donde están. Pero he decidido que a partir de hoy, y entendiendo ya con claridad que esto será mucho más largo de lo que nos dicen y más duro de lo que ahora imaginamos, quiero invitarte a un consciente momento de relax, de evasión. No sé como evolucionará este diario, ya irán saliendo cosas. Espero que lo vayamos descubriendo juntos.


¿Viste los memes de los perros escondiéndose de sus dueños, cansados ya de tanto paseo? Los smartphone también empezarán a esconderse: yo ayer, más de 300 WhatsApps. Muchos de ellos repetidos, que recirculan de grupo en grupo. Y el resto de las redes sociales, igual. Si aún no te ha dicho tu smartphone que estás escaso de memoria, pronto lo hará. Te recomiendo que dediques un minuto a liberar memoria y a limpiarlo por fuera: dicen que es un nido de virus.


Hoy he hecho bicicleta estática -hay que mantener el físico y la mente, un día de estos hablaré de ello, pero no podemos abandonarnos ni en aseo, ni en vestimenta, ni en la alimentación, ni en la forma física, ni en la mental-, y mientras, estuve oyendo música. Rebusqué en el cajón de los recuerdos y me ha parecido bien compartir contigo una canción. Es antiguo, pero actual, como casi todo lo de Serrat. Quizá solo lo recordemos gente mayor y, al oírlo, nos traslade a otra época, escondida en los pliegues del corazón. Para los jóvenes, quizá sea nuevo. En cualquier caso, dedícate tres minutos, relájate, si puedes cierra los ojos, y escúchalo.


Palabras de amor, un tema de Serrat que en esta ocasión cantó con Amaya, la de Mocedades.

Los calificativos para los datos, se acaban. Hoy son descorazonadores: 11.279 diagnosticados; 497 personas muertas; 1028 dados de alta. Uno se queda sin palabras.

martes, 17 de marzo de 2020

DIARIO DE UN CONFINADO (3)

Día 3. 16/03/20. Lunes.
Escribir, cuesta; expresar las ideas con claridad y llevarlas al contexto del sentido común, es más difícil. Lo intento, le dedico tiempo y, en general, se consigue razonablemente. Disfruto escribiendo. Pero de estos episodios, lo peor, el momento fatal de cada una de estas entregas, es cuando consulto la página del Ministerio de Sanidad para transcribir los datos de cada día. Los de esta mañana, más crueles que los de ayer: 9.191 casos diagnosticados; 309 muertos; 530 dados de alta. Respecto a los de ayer, los diagnosticados han aumentado un 43,5%. Dramático. Es difícil quedarse solo en los números. Detrás de cada muerto, de cada diagnosticado hay una familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo… No quiero pensar hasta dónde llegaremos, ni cómo nos recompondremos de esta tragedia.
Yo, ya sabéis, me dedico a la docencia. Hoy he trabajado desde casa, en modalidad online. Porque hoy –examen sorpresa a cuenta del corona virus-, ha comenzado la evaluación del esfuerzo económico que ha realizado la Consejería de Educación para la mejora de la competencia digital del alumnado y el profesorado en los últimos años.
Con motivo del proceso de matriculación del alumnado en los centros educativos para el próximo curso y la normativa establecida por la Junta de Andalucía, de nuevo ha salido a relucir el debate pública/concertada/privada. Hay que tener claro que cada una juega su papel. Todas son necesarias con el equilibrio y ponderación que corresponde. Un tema complejo, con muchos matices, intereses y manipulaciones políticas.
Hace apenas dos semanas hubo una convocatoria de huelga de todos  los sindicatos en defensa de la enseñanza pública. Desde hoy, los docentes de la pública tenemos una oportunidad para demostrar que aquellos ordenadores que se pusieron hace quince años acoplados a los pupitres, que los carros con los ordenadores portátiles, que todas las dotaciones de equipos informáticos, que todas la horas de formación que hemos recibido a través de los CEP, que la aplicación Séneca, iséneca, ipasen y la implementación de todos estos medios en el aula y en la comunicación de los centros educativos con los padres, ha merecido la pena.
Yo hoy he contactado con mis alumnos, les he transmitido normas básicas y, a través de internet, estaremos en contacto todos los días entre las diez y las trece horas. Intentaré seguir el proceso enseñanza-aprendizaje desde casa. Antes de enviarles el primer correo, estuve reflexionando sobre los objetivos que pretendo: continuar su formación y concienciarles del momento que vivimos. ¿Cómo? A través de actividades que profundicen en la ya machacada idea de aprender a aprender y manteniéndolos ocupados de forma activa y no traumática en las largas horas de estos interminables días.
Mis compañeros de centro, todos más jóvenes y preparados que yo aunque con menos experiencia, utilizan otras herramientas más sofisticadas, unas adoptadas por el centro a través de su Proyecto Digital y otras que pone a nuestra disposición la Consejería de Educación. Debemos demostrar que podemos enseñar de manera diferente a como se hacía hace un siglo. Desde hoy y hasta que volvamos a los pupitres, nos evaluamos. Los de la pública, los que fueron y no fueron a la huelga. Estoy seguro que de esta situación saldrán los cimientos para cambiar metodologías. Un reto.
Siento el ramalazo profesional de hoy.
Solo una brevísima anotación más: la decisión del Rey Felipe VI de renunciar a la herencia de su padre, me ha sorprendido. Por el hecho en sí –por lo que aclara sin decir nada, por su profesionalidad, por lo material, por las repercusiones que traerá…- y, sobre todo, por el momento en el que lo hace. Unas semanas atrás, se tonteaba con el #coronavirus y #corinavirus. Ya lo voy entendiendo.

DIARIO DE UN CONFINADO (2)

Día 2. 15/03/20. Domingo.
Como era previsible, las cifras no mejoran: 6.405 diagnosticados; 198 muertos; 517 dados de alta. Este último dato parece alentador, pero los diagnosticados han aumentado un 23% y han muerto 66 personas más. Además, en los personal, el bicho se acerca: ayer se diagnosticó el primer caso en Valverde del Camino. (Estos datos son del día 15 por la mañana, en el momento que publique esta página del diario, por la tarde, serán muchos más).
Hay pocas situaciones con capacidad para retratar una sociedad en su conjunto. Una crisis de salud como la que vivimos, es una de ellas. Todo es evaluable: el Estado, los políticos -las medidas que toman y sus actitudes-, los recursos, la situación real de nuestra sanidad, la sociedad, la familia, cada persona… Al final –cuando llegue, que siempre hay un final-, todos tendremos una percepción de cómo se comportó cada organismo, cada unidad y cada persona en cada momento. Pero me temo que de aquí a entonces nos quedan muchas cosas por escuchar, ver y sentir.
Ayer el gobierno decretó el estado de alarma. Artículo 116 de la Constitución de 1978. ¿Lo han leído o con tantos memes no han tenido tiempo? Conviene una lectura, saber de qué hablamos. Nos ayudará a conformar una visión del procedimiento, ámbito, actuaciones, desarrollo y consecuencias.
Forges, siempre sentenciando.
Entre los whtapps no dejan de llegar recursos para ir sobrellevando los días: listas de museos a visitar por internet, lecturas, juegos… todo interesante, pero en casa, aunque en estos días -continúa la climatología que nos viene acompañando en las últimas semanas, propia de primavera avanzada-, el tiempo invita a salir, a pasear, a dejar de las cuatro paredes.
Nosotros, las personas adultas curtidas por los años, sabremos adaptarnos y sobreponernos. Pero pienso en mis alumnos que, con seguridad, lo pasarán mal: por lo general no son capaces de estar 30 minutos sin moverse del asiento, ni dos horas sin salir de la clase. Algunos sé que fuman y sus padres no lo saben ¿qué harán? Algunos padres no están acostumbrados a estar 24 horas con sus hijos. En muchos casos, no se conocen bien. Se darán mil situaciones que ustedes ya saben. El saco de los conflictos puede acabar lleno. Y rebosar.
Anoche, desde los balcones y ventanas, hubo un merecidísimo homenaje a todos los sanitarios que se están dejando la piel por nosotros. Por muchas palabras que escriba, nunca el reconocimiento hacia ellos será suficiente. Cuando pasen cuatro días, los padres también reconocerán o ratificarán el reconocimiento a los docentes.
Hoy no he salido de casa para nada. Hay personas que saben estar solas, que conviven e incluso gozan de la soledad. Otras son incapaces, necesitan estar rodeadas de gente. Creo que tenemos que ir interiorizando la situación y adoptar recursos para combatir los momentos difíciles. Esto va a ser largo y debemos prepararnos. Ahora estamos empezando. Ánimo.