Día 4. 17/03/20. Martes.
Empecé este diario como un escape para mí y -haciéndolo público en mi web-, para compartirlo con quien quiera. Contigo.
Desde hoy los datos sobre el COVID-19 -porque están ahí, no los podemos ignorar- los pondré al final. Quien quiera llegar hasta ellos, sabe donde están. Pero he decidido que a partir de hoy, y entendiendo ya con claridad que esto será mucho más largo de lo que nos dicen y más duro de lo que ahora imaginamos, quiero invitarte a un consciente momento de relax, de evasión. No sé como evolucionará este diario, ya irán saliendo cosas. Espero que lo vayamos descubriendo juntos.
¿Viste los memes de los perros escondiéndose de sus dueños, cansados ya de tanto paseo? Los smartphone también empezarán a esconderse: yo ayer, más de 300 WhatsApps. Muchos de ellos repetidos, que recirculan de grupo en grupo. Y el resto de las redes sociales, igual. Si aún no te ha dicho tu smartphone que estás escaso de memoria, pronto lo hará. Te recomiendo que dediques un minuto a liberar memoria y a limpiarlo por fuera: dicen que es un nido de virus.
Hoy he hecho bicicleta estática -hay que mantener el físico y la mente, un día de estos hablaré de ello, pero no podemos abandonarnos ni en aseo, ni en vestimenta, ni en la alimentación, ni en la forma física, ni en la mental-, y mientras, estuve oyendo música. Rebusqué en el cajón de los recuerdos y me ha parecido bien compartir contigo una canción. Es antiguo, pero actual, como casi todo lo de Serrat. Quizá solo lo recordemos gente mayor y, al oírlo, nos traslade a otra época, escondida en los pliegues del corazón. Para los jóvenes, quizá sea nuevo. En cualquier caso, dedícate tres minutos, relájate, si puedes cierra los ojos, y escúchalo.
Palabras de amor, un tema de Serrat que en esta ocasión cantó con Amaya, la de Mocedades.
Los calificativos para los datos, se acaban. Hoy son descorazonadores: 11.279 diagnosticados; 497 personas muertas; 1028 dados de alta. Uno se queda sin palabras.
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