jueves, 22 de septiembre de 2016

CARIÑO, PACIENCIA Y CONSTANCIA.

De antiguo, en los recreos, era habitual escuchar coplas infantiles como ésta que ahora recuerdo:
COLEGIO CALDERÓN, CALDERÓN
HAN PUESTO TABLAS,
PA QUE PASE MARÍA,
TROPIECE Y CAIGA.

PASÓ SU NOVIO
LA VIO LLORANDO.
¿QUE TE PASA MARÍA
QUE LLORAS TANTO?

ME HE ROTO UN HUESO,
CUATRO COSTILLAS
MAÑANA NOS IREMOS
PARA SEVILLA.
Ya no se canta. Los escolares se entretienen con otros juegos. No sé si mejores o peores, pero distintos.
Por estos días, los patios de los centros educativos –huérfanos durante todo el verano- de nuevo rebosan vitalidad y alegría.
-¡Ya era hora! –dicen algunos padres, no asolados por la tristeza que genera un patio escolar vacío, sino más bien agobiados por la permanente presencia de sus hijos en su propia casa. Quizá también reconociendo implicitamente en los maestros, su imprescindible mediación para la formación de sus hijos.
El colectivo docente, tiene su mérito. No es corporativismo. Es una realidad. Este año, un curso más, nos sobrepondremos a la incertidumbre que genera no saber si se aplicará o no una nueva normativa, a los recortes, a la incomprensible guerra política por el dominio de la escuela, a la burocracia y los papeles, y nos entregaremos a la simple y compleja misión de formar a nuestros niños y jóvenes. Y lo haremos procurando el mejor uso de las herramientas que ponen a nuestro alcance y, sobre todo, acompañando nuestro trabajo de cariño, paciencia y constancia. Es conveniente remarcarlo: poniendo mucho cariño, aún más paciencia y la imperiosa tenacidad de la constancia. Dificilísimo, créanme.
Y, como decía un amigo y compañero el otro día, sin olvidar tres palabras mágicas para la educación y la vida: por favor, perdón y gracias. Una estrategia simple y eficaz.
A mí me gusta mirar la cara de mis alumnos -ya adolescentes- cuando van entrando el primer día. Intento adivinar en ella si acuden con alegría, indiferencia o, simplemente, por obligación. Cuando saludo a los que conozco de cursos anteriores, procuro observar si lo hacen con agrado o por compromiso. Esa primera mirada y sus matices, ofrece mucha información. Es una buena autoevaluación.
En fin, feliz curso a alumnado, padres, profesorado y todas las personas implicadas en la educación. A los que tratan directamente con estudiantes, ánimo, mucho ánimo. Y a los que, desde un sillón, toman decisiones que afectan al aula, prudencia, sentido común y buena suerte. Tenemos en nuestras manos el futuro.

La fotografía que ilustra hoy la coplilla semanal corresponde a un detalle de la que aparece en la portada del libro LA ESCUELA DE ENCINASOLA. Es de 1921 y en ella aparece el maestro, D. Urbano Cortegano Gómez, posando junto a sus 59 alumnos y dos municipales, en el Fuerte de San Felipe de Encinasola. Como aplicación de la excursión, aparece en la pizarra: a un lado las fórmulas matemáticas para el cálculo de longitudes y superficies de figuras geométricas elementales; al otro, un problema de aplicación: “¿Cuántos m. de cordel tendrá de Cfª un fortín de 16 m. de diámetro?”.

jueves, 8 de septiembre de 2016

DESDE 1672

Por entonces en la calle Real de Arriba había un pozo, público, que utilizaría la gente de Valverde para beber. Y la prolongación de la calle Real de Arriba, no podía ser otra que la calle Real de Abajo. Y entre ellas, la Parroquia. Y, allí,
"...el Cabildo Secular y demás fieles de esta Villa (...) juraron (...) por sí y en nombre de los demás (...) en adelante y para siempre jamás de celebrar el 17 de septiembre por día y fiesta de guardar y tenerle por Patrona y Abogada (...)" (AMVC, 1672, legajo 2).
Así es como, primero el 17 de septiembre, luego el 12, y desde hace unos años el sábado más próximo al día 12, la gente de Valverde del Camino -a la que yo, en su conjunto, a los nacidos y a los que de una u otra forma nos hemos incorporado y echado raíces en esta hermosa tierra nombro como Hijos de Facanías- llevamos festejando el patronazgo de la Virgen del Reposo desde hace 344 años.
Hoy, en su honor, una sevillana tradicional de Valverde que cantó Juan Muñoz en la presentación del libro "Dicen que Valverde tiene..."

lunes, 5 de septiembre de 2016

ESTAMOS DE VUELTA

Pasó el tiempo de barbecho y estamos de vuelta. Con coplillas nuevas, pero de las de siempre, que

TENGO MI CUERPO DE COPLAS
QUE PARECE UN AVISPERO,
SE EMPUJAN UNAS A OTRAS
POR VER CUAL SALE PRIMERO.

El verano es tiempo de reencuentro y, con ello, se reavivan los recuerdos de la infancia. El otro día, con estos calores que llevamos pasados, recordé las plácidas noches sentados en las puertas de las casas a tomar el fresco. Una tertulia cada tres o cuatro casas. Charla apacible, intimidad colectiva, identidad de barrio y de clase. El tiempo nunca tenía prisa. Los niños no parábamos sentados y jugábamos en la calle -la Berraca, que es donde nací y me crié- a aquellos juegos de antaño y, al final, siempre terminábamos en torno a Juan el zapatero, un hombre ameno con una historia, un chascarrillo, un cuento o una coplilla jocosa en la punta de la lengua. No sé cuantas veces le oí decir esta adivinanza dirigida a nosotros, los escolares:

ESTUDIANTES QUE ESTUDIÁIS
Y SABÉIS LATÍN ABONDO 
¿POR QUÉ CAGA EL BURRO CUADRADO
TENIENDO EL CULO REDONDO?

Todos reíamos esperando la ya -de noches y años anteriores- conocida respuesta:


PORQUE EN LA BARRIGA DEL BURRO
DONDE LA TRIPA REMATA
HAY UN CARTINTERO FINO
QUE LOS CAGAJONES CUADRA


Después Juan se callaba dejando tiempo a la risa y, luego, bajando la voz, incorporándose hacia adelante y concentrando toda la carga de intriga que podía acarrear, nos preguntaba:

- ¿Sabéis quién es el carpintero? –hacía la pausa, miraba hacia ambos lados de la calle como intentando asegurar que nadie más participaría de nuestro secreto, y decía:- Tío Viruta, el de la Esquina del Taller –refiriéndose a José Mora. Luego dejaba un margen al suspense y soltaba una explosiva carcajada a la que todos nos uníamos.




 Juan Regino, este simpático personaje, era zapatero y miembro de la Banda de Música de Encinasola en la que tocaba los platillos. En la fotografía aparece en primer plano. Esta fotografía -de 1955, por las calles de Cumbres Mayores- la publiqué en Encinasola: Retrato de una época (1860-1950). Es una joya: en ella, además de Juan Regino, que es quien la saca hoy a relucir, aparece en primer plano el director de la Banda de Música de Encinasola, D. Manuel Moreno Infante, padre de gran músico marocho Abel Moreno Gómez, que también aparece en ella: es el más pequeño, en el centro, tocando el clarinete.