jueves, 30 de mayo de 2019

DÍA DE LA ASCENSIÓN

      ...Y toda la gente se echaba al campo a comer carne, y lechugas, y gazpacho...; a disfrutar de la fiesta en comunidad, yendo de sitio en sitio, cantando las sevillanas, habaneras y coplillas de antaño ...




     Todavía hay gente que mantiene la tradición y, cuando llega el Día de la Ascensión, de otra manera, sin burros ni fiambreras, abandonan el pueblo y se hacen al campo. Hoy, mucha gente valverdeña lo estará celebrando.


miércoles, 22 de mayo de 2019

SABOR A REBANÁ

  Con la llegada del otoño, los fríos y días de agua, siempre recuerdo la chimenea en la que mi abuela María Josefa me hacía aquellas incomparables rebanás, unas veces untadas con miel y otras rociadas de azúcar. Sabores que no se olvidan.
  A un lado de la chimenea, una alacena para aprovechar el hueco de la escalera al doblado; al otro, el telar, aquel artilugio de madera y enjambre de ordenados hilos con el que mi añorada cocinera tejía paños, cojines, mantas, cubrepies, alfombras… Créanme, hacía obras de arte.
  Sentado sobre la tabla trasera de aquel telar pasé muchas horas de mi infancia, embebido en el paso de la canilla de un lado a otro, el movimiento del pedal para cruzar los hilos y los cuentos, coplas y romances que, mientras tejía, me contaba y cantaba mi abuela.
  La carencia de recursos, la austeridad y la dificultad para criar cinco hijos, nunca fueron capaces de imponerse a su coraje, sonrisa, bondad y cariño. No importaba si tenía que mover la pesada y tortuosa piedra del molino harinero escondido en el corral y en el que trabajaba a maquila, o entregarse horas y horas al telar, o hacer faenas del campo o, como hacía en su juventud, tocar el acordeón en los bailes de los sábados por la noche. Genio y figura envuelta en cara amable y tenue sonrisa.
  Yo fui un niño con mucha suerte: jamás me faltó cariño, ternura y respeto. De toda mi familia, pero especialmente de ella. Una de las coplillas que me cantaba era la que en Encinasola conocemos como La mora cautiva, versión marocha del popular Romance de Don Bueso. Por eso, cada vez que escucho
Al pasar por los torneos,
pasé por la morería
y vi una mora lavando,
lavando en la fuente fría…
no puedo evitar emocionarme. Me pierdo en el recuerdo de su transparente voz y su tierna mirada, mientras aflora el sabor de aquellas rebanadas, de sus prestines y el calor de sus besos.

viernes, 17 de mayo de 2019

PATRIMONIO FAMILIAR

  Recuerdo que cuando a finales de los noventa iba recopilando fotografías antiguas de Encinasola,  la gente mayor me preguntaba para qué las quería, y yo, utilizaba siempre el mismo argumento:

--"Una fotografía en la que aparece su padre, posando con la Banda de Música en 1910, es patrimonio particular suyo; pero si conseguimos una fotografía de la Banda de Música de 1885, otra de 1896, otra de 1905, esta suya de 1910, y otras de 1932, 1944, 1958..., todas ellas, el conjunto, pasa a ser un patrimonio común de todos los marochos". 

  Y conseguía que la gente me facilitara fotografías y lo hicieran de forma amable, con el convencimiento de que su aportación contribuía a algo importante, a fortalecer los vínculos de todos, a poner en valor nuestras raíces, a sentirnos partícipes de una causa común. 

  Estos días he visto el esmero que Esperanza, mi esposa, ponía en preparar el traje para el bautizo de Alba, mi segunda nieta. Por sí sola, esta prenda, es una maravilla: una pieza de mediados del siglo XX, de esmerados bordados, filigranas y detalles, realizados con esa paciencia que ya tanto escasea. Pero siendo esto importante, lo grandioso es que el vestido envolvió hacia la fe del bautismo a Matilde, Esperanza, Celestino, Ángel Custodio, José María, Amelia, Luis Ángel, otra Esperanza, otro Ángel Custodio, Ana, hace apenas dos años a Diana y, ahora, a Alba.

  Da igual el armario donde se guarde de bautizo a bautizo. Es, simplemente, un elemento que une, que da identidad, que fortalece a una familia. Algo que nunca debería perderse.

  Me guardo escribir públicamente de mi nieta, esa nueva locura llamada Alba y de su bautizo. Pero lo viviremos y gozaremos en familia. Como debe ser.