Día 29. 11/04/20. Sábado.
A la Pasión y Muerte de Cristo sigue, mañana Domingo, la Resurrección. Tras ella, un profuso calendario de exaltaciones a la Virgen, en forma de romerías.
La romería se puede definir como una o más jornadas de campo en torno a un santuario o ermita, cuyo objeto es trasladar una imagen religiosa desde la población o peregrinar hasta la ermita para venerar y renovar la fe. La ermita es la referencia y para llevar o llegar hasta la imagen religiosa es necesario recorrer un camino. Sobre estos tres elementos -ermita, imagen religiosa, camino- discurre el hecho festivo, los rituales y la espiritualidad de una romería. Para ello es necesaria la conjunción de la autoridad eclesiástica, la civil y, necesariamente, la gente del pueblo.
En general en el sur, y especialmente en los pueblos de Huelva, son maestros en este asunto. Prácticamente todos tienen romerías con tradición de siglos. Si nos detenemos a analizar el origen de cualquiera de ellas, sea la de San Benito, la Virgen de la Peña, Piedras Albas, Reina de los Ángeles, Virgen de Flores, Santa Eulalia, Virgen de Coronada o cualquier otra, se constata que en todos los casos el levantar una ermita extramuros, dedicarla a un santo o una virgen y que un pueblo se comprometa a rendirle culto anual desde hace siglos, encierra una causa poderosa. No se trata de un hecho anecdótico o casual. En la mayoría de los casos es difícil concretarlo porque el origen nos suele llegar a través de la tradición oral, que nos sumergen en leyendas que se pierden en el tiempo.
Estas romerías del Andévalo y la Sierra, -no hablemos del Rocío, madre de todas- con tanto arraigo, por su antigüedad y solera, a la gente de aquí nos resulta natural. Están tan entrañablemente ligadas a cada pueblo que forman parte de ellos.
Pero este año no podrá ser. Se quebrarán un sinfín de encuentros, preparativos, ilusiones... Porque los sentimientos y la fe, no se rompen; más bien se ven reforzados con estos tristes acontecimientos.
Vayamos haciendo boca. Escucha con atención como canta, se divierte y reza nuestra gente.
Me cuesta hablar de datos esperanzadores cuando anoto que han muerto 510 personas más desde ayer. Cada muerto, cada infectado, tiene nombre y apellidos, familia, amigos, vecinos... Sigue la tragedia. Los datos de hoy: 161.852 (+4.852) diagnosticados; 16.353 (+510) personas muertas; 59.109 (+3.441) pacientes dados de alta.
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