Por la ventana entra aire puro que ventila la estancia. Los rayos de luz, ora hialinos, ora turbios, esconden sueños de colores y paisajes encantados en los que las piedras fueron colocadas de tal forma, que su belleza me atrapa.
Miro hacia fuera y no encuentro a toda la gente con la que me gustaría compartir. Ni veo los lugares embrujados por los que ahora quisiera perderme... Pero están aquí, en mi alma, atrapados eternamente. Ya lo decía Alfonsina Storni:
Por las ventanas
abiertas
el mar florece
su campo de nomeolvides.
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