Me siento ante el ordenador y, antes de tocar una tecla, pienso en mi madre. Siento la necesidad de hablarle. Pero no me hace falta: ella sabe que, en silencio, le digo; y yo sé que, con su dulzura habitual, me dice. Aunque vayan cayendo los años desde que se fue, nuestra comunicación permanece. Solo que hoy quiero mostrarle mi respeto y cariño públicamente, a través de esta coplilla semanal, aprovechando que el próximo domingo es el día de las madres.
Sé que es un simple reclamo comercial, no hay que prestar más atención a eso, pero se trata de una buena ocasión -todas son buenas- para recordarla si se fue, y mostrarle todo el cariño del mundo, si gozas del privilegio de tenerla aquí. Si es así, no lo dudes: dale un tierno beso, regálale una flor, dile cuánto representa para ti, cuánto la quieres. La harás feliz y siempre te alegrarás de ello. Ni sospechas el vacío que te dejará cuando se vaya.
Yo, me reafirmo en un artículo que escribí hace unos años y que hoy comparto.
A TODAS LAS MADRES Y, ESPECIALMENTE, A LA MÍA, DE LA QUE CADA DÍA PERCIBO MÁS SU AUSENCIA.
Dice una adivinanza popular
¿Quién será, quién será,
que nada nos pide y todo nos da?
Nada hay comparable a una madre. Su entrega, dedicación y cariño no conocen límites. Siempre están ahí, dándolo todo y sin pedir nada a cambio. Un refugio permanente e incondicional.
Pensamos que son eternas, pero un día… ¡Qué vacío! Nada, ni nadie, puede llenarlo. Pierdes la mayor de las referencias: la que empezó antes de nacer y te acompaña toda la vida. Porque tu madre, aunque se vaya, te acompaña siempre, permanece eternamente en tu corazón.
Estas coplillas de hoy, que bien reflejan ese nexo –único e inigualable- entre madres e hijos, van por ellas.
DÉJEME USTED QUE LE CANTE,
Y QUE LE CUENTE MIS PENAS,
YO NO HICE DAÑO A NADIE,
SÓLO PASÉ LA FRONTERA
CON TRES COSAS PA MI MADRE.
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PONTE EL MANTONCILLO, MADRE,
Y VEN CONMIGO A LA AUDIENCIA,
HABLE USTÉ CON EL FISCAL,
A VER SI CON SU PRESENCIA
ME SACAN EN LIBERTAD.
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CUANDO SALGO AL CONTRABANDO
CONTENTO EXPONGO MI VIDA,
PORQUE EL PAN QUE VOY GANANDO
ES PA MI MADRE QUERIDA
QUE EN CASA ME ESTÁ ESPERANDO.
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QUE TE HE QUERÍO CON LOCURA
ESO NO LO PUEO NEGÁ;
PERO HAS OFENDÍO A MI MADRE
YA NO TE QUIERO PA NÁ,
ANDA Y BUSCA QUIEN TE AMPARE.
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LAS MADRES SON LAS QUE SUFREN
QUE LAS NOVIAS NO LO SIENTEN:
SE BUSCAN CUATRO CHAVALES
Y CON ELLOS SE DIVIERTEN.
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SI TE TOCA TE JOES
QUE TE TIENES QUE IR
QUE TU MADRE NO TIENE
PARA LIBRARTE A TI.
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MI MADRE ENFERMA EN LA CAMA
Y YO SIN PODERLA VER,
A MI ME AHOGA LA PENA,
PORQUE DE SEGURO SÉ
QUE AL VERME, SE PONE BUENA.
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LOS SOLDADITOS DEL REY
CUANDO SE VAN A ACOSTAR
TIRAN EL GORRILLO Y DICEN:
MI MADRE, ¿CÓMO ESTARÁ?
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TODAS LAS COSAS DEL MUNDO
SE COMPRAN CON LOS CAUDALES,
PERO NO SE PUE COMPRÁ
EL CARIÑO DE UNA MADRE,
SIENDO ÚNICA VERDAD.
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LO MISMO QUE UN TORREÓN
QUE AZOTA Y CUARTEA EL VIENTO,
ASÍ ESTÁ MI CORAZÓN
CUARTEAO DEL SUFRIMIENTO
POR MI MADRE, QUE MURIÓ.
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NO HAY PENA MÁS INSUFRIBLE
QUE LA MUERTE DE UNA MADRE;
OLVIDARLA ES IMPOSIBLE,
Y AUNQUE EL TIEMPO VA PASANDO
SIEMPRE EN TU RECUERDO VIVE.
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AL VIENTO, AL VIENTO,
CUANDO NOMBRO A MI MADRE
¡CÓMO LA SIENTO!
¡Qué bonito, Tomás!
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